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"Nada está perdido cuando se tiene el valor de empezar de nuevo" (Julio Cortázar)
Te acompaño a emprender el camino que te lleve a un mayor bienestar emocional
La sociedad actual es más estricta y exigente que nunca. Las presiones a las que nos vemos sometidos día a día pueden provocar un deterioro personal que vaya más allá del simple agotamiento físico.
Podemos llegar a sufrir trastornos emocionales, psicopatologías o desarrollar enfermedades psicosomáticas por problemas familiares, en el trabajo, con la pareja, la pérdida de seres queridos, la dificultad de conciliar vida personal y profesional...
La actual crisis sanitaria ha provocado que la salud mental de las personas se resienta si cabe aún más: el aislamiento prolongado, la falta de contacto con seres queridos, la angustia por la propia salud y del entorno más próximo, la fatiga del personal sanitario, entre otras, está provocando sintomatología depresiva, ansiosa, insomnio, incertidumbre entre otras.
Afortunadamente, cada día tenemos un conocimiento mayor de la importancia de cuidarse y se empieza a normalizar el hecho de recibir terapia psicológica.
La psicoterapia puede ayudarnos no solo cuando sentimos malestar sino que, además, favorece el autoconocimiento y el crecimiento personal como llaves para potenciar todas nuestras capacidades y adquirir destrezas para afrontar con éxito los retos de la vida.
"El arte más poderoso de la vida es hacer del dolor un talismán que cura. ¡Una mariposa renace florecida en fiesta de colores!"
Frida Kahlo
Soy psicóloga habilitada sanitaria, con especialidad en psicoterapia individual y grupal, acreditada como psicoterapeuta por la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP), miembro del Grupo de Psicoterapia Analítica de Bilbao (GPAB) y de la Asociación de Psicoterapia Analítica Grupal (APAG).
Llevo 20 años formándome de manera continua y 12 años ejerciendo profesionalmente: me gusta el trabajo bien hecho y confio profundamente en las posibilidades de cambio que ofrece la psicoterapia, a las personas que se dan la oportunidad de realizarla y que se dan el tiempo necesario para ello, y en como esto puede repercutir en sus vidas a distintos niveles.
Mi tarea es promover cambios en las personas que les ayuden a entenderse, a reducir el sufrimiento psíquico que les ha traido a consulta: que la persona pueda elaborar sus conflictos a través de la comprensión de su propia historia, que puedan poner nombre a lo que les ocurre, que disminuya la sintomatología que presenta, que se reduzca el sufrimiento y que pueda tener una vida psíquica lo más autónoma posible, entre otras. En definitiva, ayudar a las personas a conocerse y entenderse y que puedan sentirse reales (ello/as mismo/as) que creo que es de las cuestiones más importantes y sanadoras para el ser humano.
En la vida, al igual que en un juego de cartas, jugamos con las cartas que nos tocan, y con ello, intentamos realizar las mejores jugadas para sacar adelante la partida.
Siento una gran admiración por las personas luchadoras que se rebelan ante el sufrimiento y se esfuerzan y luchan por salir de él.
No es tarea fácil. Uno/a no elige encontrarse mal, pero sí pedir ayuda, una decisión que denota mucha valentía.
En mi consulta de Bilbao recorro este camino llamado psicoterapia con personas que, como tú, sufren emocionalmente o toman la admirable decisión de autoconocerse mejor para potenciar su crecimiento personal. Este proceso se realiza bajo la más estricta confidencialidad y ética profesional.
Da el primer paso: llámame y hablamos.
El síndrome del nido vacío es un estado de soledad y abatimiento en el que se sumergen algunos/as padres y madres en el momento en el que los/as hijos/as se emancipan del que hasta el momento ha sido el hogar de referencia.
Con frecuencia padres y madres temen por el bienestar de sus hijos/as: que no les ocurra nada en el colegio, que no enfermen por nada, que no se caigan ni tropiecen de ninguna de las maneras... Se plantean todas las precauciones posibles, evitando que los/as hijos/as pasen por situaciones desagradables o traumáticas.
Todas las personas se han encontrado mal en distintos momentos de su vida. Es cierto que hay un temor generalizado a sufrir, porque el sufrimiento lleva en sí mismo un malestar intenso, muchas dudas respecto al momento actual y al futuro que hacen que uno vea se vea a sí mismo y su vida de manera pesimista. Si bien es cierto, la vida es dinámica y los cambios forman parte de una vida viva por lo que los momentos críticos son necesarios como parte de un proceso continuo de aprendizaje.
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